Por Alberto Farías Gramegna
Accidente: “Cualidad o estado que aparece en algo, sin que
sea parte de su esencia o naturaleza”
Es normal en la vida cotidiana
hablar de “accidente laboral”. Durante años se ha pensado que el fracturarse un
dedo, caerse desde un andamio o herirse un ojo con una astilla, formaba parte solo
de los riesgos inherentes a la tarea. Algo así como un “mal inevitable”, los
gajes propios del oficio.
Modernamente la idea la prevención
como estrategia racional en la organización del trabajo, ha demostrado que
aquel pensamiento es inexacto. Más aún, el concepto mismo de “accidente” usado
de manera abusiva debe ser revisado por inadecuado. Tal como reza el acápite de
esta nota, para el diccionario un “accidente” es la cualidad
o estado que aparece en algo, sin que sea parte de su esencia o naturaleza. Sería
entonces un evento sincrónico (de mera contingencia) que no está directamente
relacionado con la dimensión afectada, ni es consecuencia de una serie de
factores pre-existentes. El accidente entonces tiene más que ver con el azar
que con un determinismo complejo de naturaleza “caótica”, concepto que no debe
confundirse con lo aleatorio.
El
mal llamado “accidente” con el agregado “laboral” como una entidad con
sustancia propia, no es para nada esto. Un accidente genuino acecido en un
escenario donde hay gente trabajando no es propiamente un “accidente laboral”,
sino un episodio accidental externo al proceso de trabajo sobre el que se
abate: un rayo en medio de una tormenta que incendia un galpón dañando a un
trabajador, por ejemplo.
Por
lo contrario, el “accidente laboral” tiene causalidad procesual, motivación y
previsibilidad pronóstica. El método actual de análisis de un siniestro
conocido como “árbol de causas” muestra claramente porqué se ha producido el
hecho siniestral y por lo tanto indica también cómo pudo haber sido evitado. Lo
mismo en un contexto laboral que en uno automovilístico o aeronáutico, etc. Y
aquí también vale el ejemplo del rayo accidental frente al error de
procedimiento técnico del piloto. En realidad, la mayoría de los siniestros por
su propia naturaleza son de índole “incidental” y no “accidental” y responden
más a una multiplicidad causal compleja y auto-realimentada antes que a una
monocausalidad simple.
El riesgo previsible
Es
adecuado entonces hablar de “riesgo previsible”. El concepto de “riesgo”
refiere a una contingencia o la proximidad de un daño. Lo previsible entra
dentro de lo normal, (concepto que alude a la “norma” frecuente), es decir que
estadísticamente puede anticiparse. Cuando el riesgo previsible se potencia con
la aparición de algún “factor incidental”, (o varios) entonces estamos en la
puerta del siniestro, que se dispara finalmente con la respuesta inadecuada por
acción u omisión del protagonista.
El
factor humano (la falta de prevención por negligencia, inexperiencia o
ineptitud técnica del trabajador) termina el proceso deletéreo agravándolo o
evitando defensivamente controlarlo a tiempo: Cansancio, conflicto relacional,
miedo a cometer errores, órdenes confusas o contradictorias, suelen coadyuvar
en conductas desencadenantes a partir de condiciones predisponentes de riesgo.
Con
un estudio de caso: En una clínica un trabajador manipula un regulador de
presión de oxígeno y al girarlo éste se fragmenta saltando en pedazos, hiriendo
y quemándole la mano. El episodio solo es pensado en términos de “accidente”,
es decir como la ocurrencia de un hecho indeseado y en general inevitable, dado
que proviene del azar. Sin embargo, se asume que, ante la posibilidad de un
hecho similar, hay que estar protegido. Pero lo evitable -traducido en la baja
de la tasa de ocurrencia que debe tender al ideal de cero- no es solo la consecuencia en la salud del
trabajador, sino la ocurrencia misma del siniestro. La tarea de manipulación de
un contenido bajo alta presión implica siempre riesgo potencial que aumenta en
probabilidad si no se controlan las variables incidentales objetivas y
subjetivas: calidad del material, mantenimiento, disponibilidad de enseres de
protección, entrenamiento del personal, etc. Estos son factores objetivos
vinculados al recurso y los roles disponibles. La negligencia de la
organización (ausencia de normas que obliguen al uso de guantes aisladores,
antiparras) y la incompetencia, omnipotencia mágica (a mi no me puede pasar
nada) o imprudencia del trabajador (hacer la tarea sin solicitar elementos
protectores o disponerlos y no usarlos) son parte de la respuesta del factor
humano en el contexto de la cultura de la organización.
Factores diferentes y estrategia
preventiva
Al hablar de factores de riesgo y de factores
incidentales estamos poniendo las cosas en su lugar, ya que se iluminan las
cuádruples condiciones de producción de un siniestro: las inherentes a 1) las
características del objeto, 2) al entorno, mantenimiento y calidad 3)
manipulación técnica y control profesional de los procesos derivados y 4)
respuesta subjetiva de la persona en función de su estado emocional. La prevención como táctica operante apunta a la reducción o
eliminación del siniestro. Pero se hace necesario que la idea de prevención
pase de ser una “táctica” (solo por este caso) a ser parte de un “pensamiento
estratégico” de la empresa y se asimile a su cultura global.
Cuando la prevención
se establece como actitud permanente y se incorpora a cada gesto del proceso
laboral, logra cambiar la cultura de la organización y de esa manera el
“accidente” queda reducido a la remota eventualidad casi siempre proveniente,
como se ha visto, desde afuera del sistema que provocado por este.
La Ley 24557 sobre Riesgos del
Trabajo dice en el apartado primero, que el instrumento legal busca “reducir la
siniestralidad laboral a través de la prevención de los riesgos derivados del
trabajo”. Por eso garantizar la calidad de la vida laboral no solo es un
imperativo ético y sanitario sino la meta de una buena administración laboral
honrando un viejo refrán que podría parafrasearse libremente como: “Hombres
prevenidos, empresa segura”
Más sobre este tema:
http://afcrrhh.blogspot.com/2018/07/del-accidente-la-prevencion.html
http://afcrrhh.blogspot.com/2018/07/que-parezca-un-accidente-proposito-de.html
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