jueves, 14 de mayo de 2020

SU PREGUNTA NO MOLESTA,,,

La satisfacción clientelar como estrategia diferencial de valor agregado 

      Su pregunta no molesta...

      (a propósito de la ética en la venta)

Por Alberto Farías Gramegna
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edunda decir que cuando tomando parte de una transacción comercial lo hacemos en tiempo, lugar y forma, variables que constituyen un escenario contextual gravitante a la hora de perfilar la calidad del producto y la atención recibida como clientes.

Ver ⇓⇓⇓ el audioartículo explicado en el canal de YouTube
https://youtu.be/3yxE_QMbAmc
Este “escenario de la venta” es subsidiario a su vez de lo que en una nota anterior (Nacido para vender; La Capital, 26-4-04) denominábamos CyMAT (Condiciones y Medio Ambiente del Trabajo). Es decir estas  condiciones en las que se despliega el trabajo moldean y perfilan el escenario en donde se habrá de llevar a cabo la transacción encarnada por la relación “en acto” agente-cliente, razón de ser de toda emprendimiento comercial.
En este escenario podemos identificar cuatro factores presentes: a) los valores implicados en la transacción comercial  b) la ética de la venta c) los derechos del cliente y del agente y d) el hábitat de la transacción. Veamos cada uno de ellos.

Los factores del escenario…

-Los valores implicados se refieren a la escala de valorativa que el agente tiene en relación a su actividad profesional: por ejemplo, se involucra en la comercialización desde una parte de su identidad, la valora como una forma de autorrealización  personal o solo es una manera de ganarse la vida donde se alcanza  un objetivo pecuniario  o se pierde dinero en el vale todo del día a día.
-La ética, por su parte nos remite al lugar que la actividad comercial ocupa en la moral del vendedor  determinando su ética del acto mercantil. Esta última se constituye por referencia a aquella: si pienso a la venta como una actividad pragmática y oportunista, despojada, donde “business are business”, entonces probablemente al momento de vender no me importe la calidad del producto y su utilidad para el cliente sino solo el cierre de la operación. Así, una vez más, el fin justifica los medios.
Si, por el contrario, el comercio es pensado como una actividad humana primordial, genuina y dignificante, con un alto componente de profesionalidad y servicio, base de la satisfacción de necesidades e impulsos de crecimiento social y cultural, entonces  la transacción estará imbuida fuertemente por  consideraciones éticas que la regularan marcándole límites y caminos.
-En tercer lugar, los derechos de cliente y agente son en principio aquellos que los abarcan como personas y ciudadanos, más algunos específicos del rol que desempeñan: el cliente tiene derecho a ser tratado con cordialidad, ser informado sobre las características del producto o servicio que le interesa; a ser asesorado en su uso y mantenimiento; a tener garantía de calidad, a no ser cautivo de una empresa monopólica que lo sojuzgue, etc.
El agente, por su parte, esgrimirá también el derecho a ser tratado con respeto y sin pretensiones improcedentes; a no serle demandado un servicio o producto que no puede o no quiere ofrecer; a recibir el pago concertado y a regular el tiempo de la garantía con arreglo al tipo de producto y al uso normal del mismo.
-Finalmente el hábitat de la transacción  incluye las características ambientales y el clima psicológico-comunicacional. Ambos factores se conjugan  en los distintos tipos de ambientes.

El ambiente de la venta

A saber: 1-Caótico (en donde predominan la ineptitud, la improvisación y la impertinencia.
2-Autoritario (clima de control arbitrario e improcedente, directividad indiscriminada, castigo y  malestar resultante)
3-Negligente (desmotivación, irresponsabilidad, desinterés, oportunismo) y
4-Profesional (clima ideal, en donde campea el protagonismo pertinente, la motivación  productiva, la aptitud adecuada, una escala de responsabilidad distribuida por roles y el confort laboral).
Siempre dentro del factor hábitat, encontramos que  los espacios, lugares, zonas de espera y atención clientelar, iluminación, servicios adicionales, mayor o mejor dificultad para circular, ruidos, etc, constituyen variables de gran importancia a la hora de evaluar los resultados de la calidad atencional.
A todo esto agreguemos un capítulo especial: los estilos de comunicación oral, el uso del lenguaje y las actitudes, en fin el comportamiento general del agente moviéndose en el centro del escenario de la venta, frente a los ojos expectantes del posible comprador. En conjunto son las señales de aceptación o rechazo, de facilitación o impedimento a la inmediata transacción. Barreras o puentes al territorio  almibarado de la conservación del cliente.
Aquí como corolario irónico y ensayando una catarsis humorística, redentora de mil situaciones padecidas y sintetizadas en la figura del “cliente maltratado” veamos a continuación un listado posible de conductas atroces y nada sociales pero muy eficaces para quien tuviese la masoquista vocación de ahuyentar a la clientela.

 

Pequeño listado anti-ético para vendedores indolentes que quieran fracasar


1-Cuando ingrese un cliente a su local no lo salude
2-No sonría nunca. Muestrese siempre con cara adusta y de mal  humor
3-Haga esperar al cliente todo el tiempo posible
4-Si el cliente lo esta llamando, mire para otro lado o siga haciendo algo
5-Mientras le solicita un producto o servicio no lo mire a los ojos y si puede hable en el medio con otro cliente o empleado
6-Vaya directo al grano. No haga comentarios sociales
7-Cuando  le soliciten un producto, retírese  del mostrador o la mesa sin decir si lo tiene, o  si el pedido es posible de cumplimentar
8- Si no tiene el producto  dígale que no entregan, que eso ya no se fabrica o que  el producto es malo
9- Si es posible que no se concrete una venta, muéstrese desinteresado y  no lo asesore en su búsqueda
10-muéstrese en todo momento impaciente y haga comentarios sobre problemas de trabajo o  mire el reloj con insistencia
11-Si el cliente se toma tiempo para observar el producto o para pensar una demanda, presiónelo o comience a  atender a otra  persona
12- Atienda  con el torso desnudo, desprolijo o  comiendo delante del cliente. Hable con otros empleados a los gritos
13- Si el cliente duda, no le pregunte acerca del contexto o  de  las características de sus necesidades.   Solo insista tozudamente presionándolo
14- Cuando  muestre un producto diga antes  el precio aunque no se lo hayan  preguntado  y  si  le brinda  un servicio  de  consumo  en el lugar  intente  cobrarle  antes de que  lo consuma.  Muéstrese siempre desconfiado y tenso.
15- Nunca  devuelva  el dinero si el cliente no esta satisfecho  por un  motivo razonable y busque todo tipo de excusas para no cambiarle el producto. Si no conoce bien las características  del  mismo  invéntelas o de  información confusa
16- Si presta un servicio  no respete el precio pactado al momento de facturar. No de garantías de su trabajo. Si ya cobro y  lo llaman  por una queja, tarde mucho en regresar o interesarse
17- Cambie unilateralmente las condiciones de la transacción  y las reglas del mercado cuando  no le favorezcan.
18- Jamás  se ponga en el lugar del cliente y si usted se  equivoca o es responsable de un incumplimiento, no lo admita nunca
19- Piense que si ese cliente se va, mejor...”ya vendrá otro”
20- No invierta nada para facilitar la comodidad del cliente. Cuanto menos se quede en su local mejor.
Y la “yapa”…quéjese todo el tiempo de lo mal que le va…

Lamentablemente el lector como cliente  habrá reconocido en esta lista más de una actitud conocida por experiencia personal. Pero con seguridad, por otra parte,  usted es un agente comercial inteligente y no actúa de esta manera ya que no desea perder clientes sino ganarlos, por lo que esta lista podrá entonces servir para estar alerta y tener siempre presente lo que no se debe hacer si se desea sostener y perfeccionar la buena atención clientelar. El tema-va de suyo-no se agota en esta nota y sería muy bueno conocer su opinión y sus interrogantes…adelante, su pregunta no molesta.

© AFC (2004)
  

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