Pensamiento y actitud
(razón y prejuicio en la dinámica perceptiva)
Por Alberto Farías Gramegna
“El pensamiento
crítico es el proceso de dudar de las afirmaciones que en la vida
cotidiana suelen aceptarse como verdaderas ´per se´. Es por ello que el pensamiento crítico no
aspira a alcanzar una verdad absoluta, sino a profundizar prácticas y
estrategias que nos permiten someter nuestras convicciones, y las de otras
personas, a discusiones evaluativas examinadas con sesgo analítico-crítico.” - https://es.wikipedia.org/wiki/Pensamiento_crítico
|
Razonamientos inductivos y deductivos.
El llamado proceso de “razonamiento inductivo” va de lo particular a lo general, por contraposición al “razonamiento deductivo” que va de lo general a lo particular a través de conclusiones necesariamente “verdaderas” por lógica formal, no habiendo otra posibilidad alternativa desde esa misma lógica. Por ejemplo, un clásico: si decimos que todos los hombres son mortales y seguidamente constatamos que Fulano de Tal es hombre, damos por verdad lógica irrefutable que por tanto Fulano de Tal es mortal.
Ese “por tanto” es un nexo crucial para validar nuestra conclusión y darla por verdadera en el marco del razonamiento deductivo que va de la calidad de mortales de todos los hombres al caso de “ese hombre”. De lo general a lo particular.
Ahora bien. el razonamiento “inductivo” recorre el camino inverso, siendo también parte de una posible lógica formal, pero sin embargo no responde a una necesidad forzada que no admite duda sobre su veracidad. Es decir que el razonamiento inductivo arriba siempre a una posibilidad creíble y posible, pero nunca “per se” inobjetable como verdadera, salvo que intervenga una variable externa que lo confirme desde “fuera del mero razonamiento”, es decir una confirmación de orden fáctico. Y esto porque utiliza argumentos polivalentes que no responden necesariamente a una relación forzada causa-efecto. Un efecto puede responder a causas diversas o a una interacción de las mismas o no tener relación alguna con la presunta causa-factor que co-existiendo en el aquí y ahora no incida en absoluto en el resultado observado. La atribución inductiva de una causa o motivación a un efecto o conclusión está formalmente vinculada a un “pre-juicio”, es decir a una presunción posible pero no necesariamente real o verdadera. Y la mayor parte de los argumentos que sostenemos cotidianamente para afirmar una opinión con sesgo de certeza responden a la estructura del razonamiento inductivo. He llamado a ciertos argumentos que sostienen conclusiones erróneas, razonamiento “No es lo que parece”. Con un ejemplo: Fulano de tal es un empleado muy bromista con sus compañeros de trabajo. Se ha forjado una fama de chancero compulsivo que festejan unos y censuran otros. Una mañana el gerente recibe un mensaje de un potencial cliente que luego resulta falso o erróneo. Surge el rumor que vincula ese hecho con el compañero bromista. La lógica empleada es “Fulano de tal es bromista compulsivo” (razón), por tanto (indicador de relación) el autor de la broma (seguramente…) es él (conclusión). El razonamiento inductivo fue de lo general a lo particular, pero permanece en el terreno de la creencia probabilística con mayor o menor grado de verosimilitud, según cada persona, pero sin forma de lograr la afirmación de verdad, salvo que el mismo autor lo valide. Así los argumentos inductivos están basados en razonabilidad, pero no en certeza a partir de necesidad formal, es decir que solo demuestran sus afirmaciones en el terreno de lo probable.
El abordaje desde el “pensamiento crítico”
Finalmente, entonces consideremos la
secuencia de un pensamiento crítico ante una afirmación cualquiera. No
importa aquí que tan “fuerte” sea la presunta evidencia que provenga de un
razonamiento de carácter inductivo, ya que no incluye razón necesaria como en
la deducción.
Pensar críticamente, en el sentido que describe la cita que encabeza esta nota, implica un cambio de actitud ante cualquier afirmación en especial las de carácter inductivo. Estar atentos ante las variables de afirmaciones ligadas a los prejuicios y los sesgos perceptivos y analizar la estructura de los argumentos presentados y su presunta seudo causalidad contingente, pero nunca necesaria. Y evaluar las características de las fuentes mismas de la información.
Resumiendo, podemos decir entonces que el “pensamiento crítico” es la capacidad de analizar y evaluar un monto de información presentada, investigando su fuente y contexto, y determinando si remite centralmente a un razonamiento deductivo o inductivo y relacionando los argumentos con los posibles sesgos ideológicos o emocionales intervinientes, sean estos morales, culturales, éticos, políticos o religiosos.
(c) by afg 2022
*
* *
No hay comentarios:
Publicar un comentario