por Alberto Farías Gramegna
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a búsqueda activa de personal para
cubrir roles laborales es una tarea ardua que demanda claridad de objetivos,
respeto por el otro, valoración del perfil diferencial y capacitación
profesional.
Tradicionalmente, una vez
caracterizado el puesto de trabajo y
definidas las competencias requeridas,
se construía un perfil standard o matriz
de referencia sobre la que se
superponían los candidatos, en la búsqueda de una identidad laboral
coincidente. Los que no encajaban en este molde quedaban fuera, ya que se suponía
al puesto un factor inmóvil y rígido. Pero este encaje siempre era relativo ya
que el perfil buscado era Standard, es decir coincidente con un “tipo” virtual,
pero no con ninguna persona real. En este sentido, la distancia pragmática
entre trabajo prescripto (rol idealmente pautado) y trabajo real (el que
efectivamente deviene del ajuste práctico, la situación y la personalidad del
trabajador) constituye el dato clave para explicar la eficacia del nuevo
paradigma de selección de personal, que habilita la competencia para resolver problemas como valor deseado a
la hora de cooptar ante similares
antecedentes curriculares. Hoy se buscan personalidades antes que
certificaciones de cursos realizados. Desde luego estos son valiosos si aquellas pueden aplicar los conocimientos de
manera proactiva, pragmática y creativa.
La persona justa para una
actividad dada, es aquella que teniendo los recursos técnicos incorporados, es
capaz de hacer los ajustes en función de la situación concreta. El lugar justo
es aquel que aparece como contexto facilitador,
por ejemplo un clima creativo y cordial que coadyuva a crear un “gran lugar
para trabajar”. La organización internacional “A great place to work” ,por
ejemplo, premia anualmente a las empresas que según sus integrantes alienta
este clima favorable a la calidad, la productividad con herramientas adecuadas,
la participación protagónica, la capacitación y la salud integral de los
trabajadores.
Los factores incidentes que el
selector debe tener en cuenta al momento
de elegir son: a) capacitación técnica específica b) capacitación relacional inespecífica y c) personalidad. Uno solo de estos factores
puede invalidar o potenciar a los restantes.
La secuencia procesual que desemboca en la toma de nuevo personal surge con la planificación de las tareas y su relación transactiva. Se arriba así a un perfil-marco que funciona como punto de partida, nunca de llegada. Eso orienta la búsqueda –el formato de la comunicación de la demanda es un punto muy importante del marketing laboral- que luego es seguida por la evaluación, la selección, la elección y la admisión. Fase esta ultima que siempre tendrá que completarse con la capacitación ad hoc y la ambientación inicial a la singularidad de la empresa.
Al comienzo dijimos que la tarea
de incorporación de nuevo personal para ser seria y exitosa requería de la presencia de cuatro
factores -integrados por el Dto. de RRHH o la consultora contratada- y
pivoteando armónicamente en la personalidad de los entrevistadores que habrán
de evaluar a los candidatos.
Veamos en detalle y a modo de
síntesis la importancia de cada uno: a) la claridad de objetivos es
determinante, tanto del perfil buscado como
del nivel de calidad del clima
laboral que se busca instalar y mantener. Los objetivos en el plano de los
RRHH deben ser coherentes con las
aspiraciones estratégicas de la empresa.
b) el respeto por el otro (en este
caso la persona del candidato) es una actitud que se explica por si misma y
ancla en la ética más elemental. Sin embargo no es frecuente encontrarlo en los
procesos de toma de personal: avisos confusos, ambigüos o mal dirigidos, largas colas de espera para
ser entrevistados, violación de datos íntimos de los candidatos , entrevistas
reiteradas o con diferentes personas que repiten las preguntas formuladas,
falta de respuesta de los resultados obtenidos,etc.
El respeto por la persona y la
consideración de las competencias del candidato confirma el estilo que la empresa pretende instalar,
en donde el factor humano resignifica la calidad y la productividad.
c)la valoración del perfil
diferencial constituye el nodo
conceptual de la presente nota y como se ha dicho representa la idea de que la
personalidad moldea el rol, a veces para bien, a veces para mal. Por lo tanto
podemos optimizar el desempeño sumando
al personaje de rol la motivación de una tarea que sea compatible
con su estilo personal, es decir con su perfil de personalidad. En otras
palabras, más allá de su capacitación técnica, no todas las personas son
funcionales a un determinado puesto. Hay que intentar buscar “el puesto a la
medida”, ya que la función misma cuando coincide con el estilo de personalidad
se potencia creativamente y sustenta la motivación, ya que el sujeto siente que
“le gusta lo que hace”. No siempre es posible, pero vale tenerlo en cuenta.
En esta dirección se piensa al rol
no solo como el puesto estático, sino en su despliegue dinámico, el rol-acción
del desempeño técnico-vincular. Contenido y forma son aquí una unidad.
d) finalmente la capacitación
profesional del entrevistador de RRHH no es cosa menor. Aquí también sin
embargo no siempre hay motivos para alegrarse. En ocasiones, profesionales no específicamente capacitados, sin vocación
o con escasa experiencia, aplican técnicas inadecuadas derivadas del campo de la entrevista
clínico-asistencial- va de suyo que un candidato a ocupar un puesto de trabajo
no es un paciente de consultorio- o herramientas
inadecuadas originadas en otros países con realidades sociométricas diferentes,
distorsionando así el rigor, la pertinencia
y la eficacia de una entrevista
laboral. Por tanto la exploración en este tipo de entrevistas no busca
patologías –salvo que un síntoma grosero sea ostensible- ni conflictos
personales, sino perfiles de competencias y relevamiento de expectativas
motivacionales. La descripción del estilo y la estructura de personalidad solo
interesa para evaluar su funcionalidad con el tipo de tarea que caracteriza al
puesto. La entrevista laboral, entonces recibe aportes de la psicología en
general y de la psicología clínica en particular, pero sin confundirse con
ella. Es este un tema complejo y muy interesante que dejaremos para una próxima
nota. Ahora estimado lector me despido porque ha llegado gente…que viene por el
aviso.
© afg 2020
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